En la vida real, estas imágenes no tienen el brillo, color y contraste que ves aquí.
Son el resultado de un juego de luces y filtros de colores que el fotógrafo británico Spike Walker hace con el mundo microscópico.
Como esta fotografía de un escarabajo de agua dulce conocido como Dytiscus marginal.
Sus patas delanteras están cubiertas con ventosas que le permite aferrarse a la hembra durante el apareamiento.
Lo que vemos en esta foto son las ventosas.
Del mundo acuático también es esta imagen.
No son las pinzas de un molusco, sino la mandíbula de una araña.
Para lograr los contrastes como los que vemos en este cristal de azúcar, Walker utiliza filtros de colores que coloca entre el objeto y la luz del microscopio.
"Si el filtro tiene rojo oscuro y verde, entonces el objeto puede aparecer verde en un fondo rojo", explicó hace poco en la Wellcome Collection de Londres.
(Quizás eso fue lo que utilizó en estas conexiones de una tarjeta de memoria).
Esta técnica le permite resaltar cada detalle del objeto que está retratando, como este feto de ratón cortado en forma longitudinal.
O iluminar como un sol un óvulo que espera ser fecundado por espermatozoides.
Walker tuvo su primer microscopio a los 12 años.
Su pasión por el mundo invisible a nuestros ojos y las ganas de compartirlo con los demás fue lo que lo llevó a tomar fotos de lo que veía.
Entonces su pasión era por lo que había en el agua sucia, ahora nos muestra esta cesta de fibras sensoriales que rodea el folículo de un cabello.
"La iluminación de las imágenes es sólo una consecuencia de las leyes de físicas puestas en un microscopio", dijo.
Y aquí las vemos en acción con esta Chalcidoidea unas avispitas pequeñas de color oscuro que se reconoce por la reducción de venas en las alas.
"Si estás preparado para jugar, estos filtros producirán las imágenes más coloridas. De hecho, las imágenes son tan coloridas como el filtro que encuentres".
Parecen frutas, o animales saliendo de un cascarón en una cama de hielo (al menos así nos pareció).
En realidad es pimienta roja con sal marina.
A veces, el filtro no es necesario, la naturaleza ya se encarga de ofrecernos contrastes.
Todas las fotos son cortesía de la Royal Photographic Society, que recientemente le otorgó el premio de la Imagen Científica de 2016 a Spike Walker.