En la mayoría de las páginas web aparecen enfermedades como el Síndrome de
Google, la Apnea del Whatsapp, el Síndrome de la Llamada Imaginaria, Nomofobia o
la Depresión de Facebook pero, según los expertos, estas patologías no
existen.
El doctor Facund Fora, psiquiatra del Hospital Quirón Teknon de Barcelona, explicó a Efe que “se ha escrito un montón de literatura fantástica en relación con los efectos de las TIC” y defendió que “el problema no es tanto la tecnología como el uso que se hace de ella”.
“Está claro que hay personas que tienen reacciones, como ansiedad excesiva o exagerada a no estar conectados, pero de ahí a hablar de patología es decir mucho”, añadió este psiquiatra.
A pesar de eso, Fora no rechaza que algunas personas puedan desarrollar adicciones a los móviles, ya que reconoce que “hoy en día la población vulnerable a las adicciones es del 6 % y son personas con problemas de personalidad, como rasgos obsesivos, introvertidos, gente con baja autoestima”.
El presidente de la Sociedad Catalana de Psiquiatría y Salud Mental, Jordi Blanch, declaró a Efe, que “las personas vulnerables a las adicciones son aquellas más dependientes, inseguras, que necesitan estímulos constantes”.
Blanch subrayó que “las adicciones siempre han existido, pero la novedad es el objeto donde las personas buscan su fuente de placer” e insistió en que “el problema no es la tecnología, sino la conducta de las personas y el uso que hacen”.
También se ha hablado mucho sobre los efectos que pueden producir los campos electromagnéticos que utilizan los aparatos para funcionar, desde que provocan cáncer a infertilidad, pasando por pérdida de memoria o insomnio.
Desde el grupo de Radiofrecuencia de la Universidad de Barcelona, Neus Vidal aseguró que “hasta el momento no se ha demostrado que los campos electromagnéticos provoquen cáncer y hay estudios contradictorios sobre el hecho de si el calentamiento que produce la radiación electromagnética cause infertilidad”.
Vidal considera que “ir en contra de las nuevas tecnologías se ha convertido en un negocio, vende mucho decir que son perjudiciales”.
En cambio, los estudios científicos sí que han demostrado que las TIC tiene efectos perjudiciales en los ojos y en las manos.
El presidente del Colegio de Ópticos de Cataluña, Alfons Bielsa, dijo a Efe que “no estamos diseñados para estar con pantallas, y estar tantas horas delante de ellas genera una incomodidad y estrés en el sistema ocular que puede convertirse en un problema”.
Bielsa también alertó que “ahora hay más miopías que nunca”, sobre todo en niños, y recomienda “controlar la postura, procurar hacer descansos cada veinte minutos, no tener la habitación a oscuras y ser conscientes de que tenemos que parpadear más cuando estamos delante de las pantallas”.
Respecto a los daños que pueden producir los móviles en las manos, el doctor Carlos Palazzi, traumatólogo en el Hospital de Niños de Barcelona, advirtió que “el uso excesivo e indiscriminado de móviles puede suponer la aparición de tendinitis en los pulgares” y que “ya hay jóvenes con esta patología por chatear tanto con el móvil”.
El doctor Facund Fora, psiquiatra del Hospital Quirón Teknon de Barcelona, explicó a Efe que “se ha escrito un montón de literatura fantástica en relación con los efectos de las TIC” y defendió que “el problema no es tanto la tecnología como el uso que se hace de ella”.
“Está claro que hay personas que tienen reacciones, como ansiedad excesiva o exagerada a no estar conectados, pero de ahí a hablar de patología es decir mucho”, añadió este psiquiatra.
A pesar de eso, Fora no rechaza que algunas personas puedan desarrollar adicciones a los móviles, ya que reconoce que “hoy en día la población vulnerable a las adicciones es del 6 % y son personas con problemas de personalidad, como rasgos obsesivos, introvertidos, gente con baja autoestima”.
El presidente de la Sociedad Catalana de Psiquiatría y Salud Mental, Jordi Blanch, declaró a Efe, que “las personas vulnerables a las adicciones son aquellas más dependientes, inseguras, que necesitan estímulos constantes”.
Blanch subrayó que “las adicciones siempre han existido, pero la novedad es el objeto donde las personas buscan su fuente de placer” e insistió en que “el problema no es la tecnología, sino la conducta de las personas y el uso que hacen”.
También se ha hablado mucho sobre los efectos que pueden producir los campos electromagnéticos que utilizan los aparatos para funcionar, desde que provocan cáncer a infertilidad, pasando por pérdida de memoria o insomnio.
Desde el grupo de Radiofrecuencia de la Universidad de Barcelona, Neus Vidal aseguró que “hasta el momento no se ha demostrado que los campos electromagnéticos provoquen cáncer y hay estudios contradictorios sobre el hecho de si el calentamiento que produce la radiación electromagnética cause infertilidad”.
Vidal considera que “ir en contra de las nuevas tecnologías se ha convertido en un negocio, vende mucho decir que son perjudiciales”.
En cambio, los estudios científicos sí que han demostrado que las TIC tiene efectos perjudiciales en los ojos y en las manos.
El presidente del Colegio de Ópticos de Cataluña, Alfons Bielsa, dijo a Efe que “no estamos diseñados para estar con pantallas, y estar tantas horas delante de ellas genera una incomodidad y estrés en el sistema ocular que puede convertirse en un problema”.
Bielsa también alertó que “ahora hay más miopías que nunca”, sobre todo en niños, y recomienda “controlar la postura, procurar hacer descansos cada veinte minutos, no tener la habitación a oscuras y ser conscientes de que tenemos que parpadear más cuando estamos delante de las pantallas”.
Respecto a los daños que pueden producir los móviles en las manos, el doctor Carlos Palazzi, traumatólogo en el Hospital de Niños de Barcelona, advirtió que “el uso excesivo e indiscriminado de móviles puede suponer la aparición de tendinitis en los pulgares” y que “ya hay jóvenes con esta patología por chatear tanto con el móvil”.