El actor Arnold Schwarzenegger aseguró ayer en una entrevista con Efe que "Terminator Salvation" no estuvo a la altura de la saga que le consagró en la gran pantalla y a la que regresa esta semana -1 de julio en EEUU- con una quinta entrega, "Terminator Genisys".
Schwarzenneger, de 67 años, declaró en Los Ángeles que, aunque le contactaron "muchas veces" para que participara en el rodaje de "Terminator Salvation" (2009), que protagonizó Christian Bale, sus obligaciones como gobernador de California por aquel entonces hicieron que no se involucrara.
"Cuando era gobernador no tenía tiempo para pensar en algo así. Un trabajo como ese es abrumador. Es que ni me importaba, sentía que ya me ofrecerían películas y las valoraría según fueran viniendo (después), comentó.
El intérprete de origen austríaco y nacionalizado estadounidense no ocultó su desagrado con el resultado de aquel filme y se mostró tajante.
"No me gustó la película", sentenció sin querer dar mayores explicaciones cuando se le preguntó por los motivos: "No funcionó para mí", añadió.
El actor dijo no recordar bien el papel que tuvo su Terminator en "Salvation", donde aparece de forma testimonial gracias a la magia de los efectos visuales para mantener un enfrentamiento con el personaje de Bale.
Schwarzenneger finalizó su etapa como gobernador en enero de 2011 y retomó su carrera cinematográfica.
Cuando Paramount se planteó que había que relanzar la saga de "Terminator", él se mostró interesado pero fue el guión lo que le acabó de convencer en 2013.
"Me lo envió David Ellison (productor) y les llamé (al estudio) después de leerlo. Les dije que era un gran guión e hice algunas anotaciones para realizar cambios. Creo que la historia, la idea, encajaba para mí. Nos sentamos y lo repasamos página a página. Todo evolucionó poco a poco", indicó el intérprete.
En "Terminator Genisys", la historia futurista de la guerra de hombres y máquinas creada por James Cameron ("The Terminator", 1984) se reinicia gracias a las licencias que permiten los viajes en el tiempo y se presenta al espectador con una realidad diferente a la narrada en "The Terminator" y su secuela "Terminator 2: Judgment Day" (1991).
A Schwarzenegger le preocupaba que la nueva película no fuera fiel a su personaje original y de ahí sus aportaciones al relato, que en su mayor parte se centraron en las descripciones de las escenas de acción.
"Cuando hay un tiroteo, un humano que está dentro de un coche trataría de romper la ventana para disparar. Terminator arrancaría el techo, los guionistas a veces no entienden eso. Lo mismo pasa con las peleas. Si el cuerpo de Terminator choca contra un vehículo lo parte en dos, no se golpea y cae al suelo", relató.
Finiquitado el guión, el estudio contrató al director (Alan Taylor) y al resto del reparto (Emilia Charke, Jason Clarke, Jai Courtney, J.K. Simmons) y se fijó una fecha para el comienzo de la filmación, abril de 2014.
"En enero (2014), después de Navidad, empecé a trabajar con el coordinador de secuencias de riesgo", indicó esta estrella del género de acción que cuenta en su filmografía con títulos como "Conan the Barbarian" (1982) "Predator" (1987), "Total Recall" (1990) y "True Lies" (1994).
Schwarzenegger admitió que volvió a repasar sus actuaciones en las películas de "Terminator" para encarnar a un personaje que, por el hecho de ser un robot, "ni habla ni actúa diferente".
"En la quinta es lo mismo, pero en esta ocasión estoy luchando para salvar la raza humana", apuntó el actor, al que se le escapa una sonrisa cuando se le pregunta por el posible final de esta saga que, con tal de seguir viva, podría entrar en un bucle de inagotables viajes temporales.
"En el algún momento tiene que llegar", se rió Schwarzenegger, quien puso un gesto serio cuando fue cuestionado por sus momentos más sombríos.
La vida del intérprete quedó patas arriba cuando trascendió que en 1996 tuvo una relación con Mildred Baena, una empleada doméstica con la que tuvo un hijo, Joseph, mientras estaba casado con Maria Shriver, sobrina del expresidente John F. Kennedy.
Aquel secreto salió a la luz en 2011 y le costó su relación con Shriver, quien le pidió el divorcio en 2012.
"Se aprende más de los fracasos que de los éxitos. Todo el mundo fracasa de una u otra forma, la cuestión es qué haces después, cómo te levantas y sigues adelante. Los perdedores se quedan abajo, los ganadores se ponen en pie. Yo siempre me levanto", aseguró el actor cuya prioridad no está ya en el cine, sino en ejercer de embajador de la lucha contra el cambio climático.